Xeomin®: Toxina Botulínica tipo A de origen alemán

La toxina botulínica actúa relajando temporalmente el músculo en el que se aplica, bloqueando los impulsos nerviosos, atenuando las arrugas de expresión, aquellas que se forman con el movimiento del rostro. Cada vez que nos expresamos, reímos o lloramos, los músculos de la cara se contraen y, con el paso del tiempo, la actividad de estos músculos produce arrugas, por lo que la toxina logra la disminución de la contracción muscular y en consecuencia, se eliminan temporalmente las arrugas faciales y líneas de expresión. La toxina consigue una expresión relajada, con efectos frescos y naturales en la piel. Con el paso de los años, las cremas y productos tópicos antiarrugas no son tan agresivas como el ciclo natural de envejecimiento de la piel. Aquí es cuando entra a hacer sus maravillas El Botox.

Aplicación

Se aplica utilizando una aguja delgada inyectando el producto en el músculo para relajarlo e impedir sus movimientos temporalmente. La toxina no causa dolor ni ardor al momento de penetrar en el músculo y sus resultados tienen una duración de entre cinco y 6 meses. Para la realización de este procedimiento es necesario hacer una cita de valoración con nuestra experta para determinar cuántas sesiones serán necesarias, con que frecuencia o incluso si es el momento indicado para iniciar el tratamiento.